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Foto del escritorLeonardo Gell

Hora de grabar: las tomas fallidas de mis estudiantes

Actualizado: 4 mar 2023

Hace poco más de un mes, algunos/as de mis estudiantes de piano en la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica, acordaron crear un video con una selección de “tomas fallidas”, que habían quedado entre las constantes grabaciones realizadas para sus clases semanales y recitales virtuales. Hoy les presentamos ese material audiovisual de poco más de cinco minutos, gracias a la edición de Nazareth Aguilar, en el cual participan también sus compañeros/as de clase Melissa Ávalos, Virginia Villalobos, Jonathan Cáceres, Antony Tenorio, Andrés Araya, Warner Núñez y David Saravia.


Observar este video, más allá de las risas que pueda suscitar, nos lleva a reflexionar sobre lo experimentado por nuestro estudiantado “tras bambalinas”, en tiempos de virtualización debido al Covid-19. Ciertamente, estas reacciones suyas ante los pasajes que no salen “de una” son parte de cualquier proceso cotidiano de estudio individual, que todo el gremio musical conoce bien; sólo que en esta ocasión fueron captadas por sus teléfonos celulares, ante la necesidad de compartir conmigo sus videos con los avances semanales.


Después de verles, he pensado que la intención de mis estudiantes fue, desde un inicio, construir una carcajada colectiva, en la cual se burlaran de sí mismos/as. A fin de cuentas, una vida consciente ha de ser examinada periódicamente en un ejercicio de introspección necesario, no sólo para valorar las cosas positivas y perfectibles del pasado inmediato, con la intención de saber qué hemos logrado y qué nos falta por conseguir aún; sino también porque es sano reírse de uno/a mismo/a, como un acto de liberación emocional. Todo proceso de aprendizaje es complejo, a veces duro, pero siempre puede ejecutarse de manera divertida.


¿Qué sería de la existencia humana si no concedemos esos espacios vitales para reír, después de tanto estrés, frustraciones, limitaciones? Pienso también que mis estudiantes tenían la intención de perpetuar esos momentos en un solo soporte (el audiovisual), a falta de un espacio que les reuniera físicamente, como sucedía en el campus universitario antes del Covid-19. Es un “grito” simbólico —si se quiere— por recuperar pronto los tantos momentos de almuerzos, cafés, clases y otros que compartíamos juntos/as; pero que ahora sólo pueden ser emitidos desde sus espacios de práctica en solitario: Paraíso, Turrialba, Desamparados, Curridabat, Atenas, Santa Ana, Escazú y Chiriquí (Panamá).


No me queda más que unirme a esa risa colectiva y dar gracias a la vida porque nos sigue enfrentando a nuevos retos, sólo así podremos crecer individual y colectivamente. Ya se acerca el fin del primer semestre en tiempos de Covid-19 y pronto habremos vencido el primer peldaño de este árido camino. Sin dudas, somos más fuertes que hace cuatro meses. Mientras tanto, tomemos un tiempo para hacer este ejercicio de quiebre y distensión entre tanta bruma.

 

El texto y el video fueron publicados en la Maratónica Musical no. 66 de la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica.

 

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